Alan Turing

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En 1926, con catorce años, ingresó en el internado de Sherborne en Dorset. Su primer día de clase coincidió con una huelga general en Inglaterra, pero su determinación por asistir a clase en su primer día era tan grande que recorrió en solitario con su bicicleta las más de 60 millas que separaban Southampton de su escuela, pasando la noche en una posada. Tal hazaña fue recogida en la prensa local.

Las esperanzas y las ambiciones de Turing en la escuela fueron plantadas por la estrecha amistad que desarrolló con un compañero un poco mayor, Christopher Morcom,2 que fue el primer amor de Turing. Morcom murió repentinamente el 13 de febrero de 1930,3 sólo unas pocas semanas después de su última temporada en Sherborne, debido a complicaciones de la tuberculosis bovina, contraída tras beber la leche de alguna vaca infectada. La fe religiosa de Turing se hizo pedazos, y se volvió ateo. Adoptó la convicción de que todos los fenómenos, incluyendo el funcionamiento del cerebro humano, deben ser materialistas.4 Sin embargo siguió creyendo en la supervivencia del espíritu después de la muerte.5

La inclinación natural de Turing hacia las matemáticas y la ciencia no le forjó el respeto de sus profesores de Sherborne, cuyo concepto de educación hacía mayor énfasis en los clásicos. Pero a pesar de ello, Turing continuó mostrando una singular habilidad para los estudios que realmente le gustaban, y llegó a resolver problemas muy avanzados (para su edad) en 1927 sin ni siquiera haber estudiado cálculo elemental.

En 1928, con dieciséis años, Turing descubrió los trabajos de Albert Einstein y no sólo pudo comprenderlos, sino que además infirió las críticas de Einstein a las Leyes de Newton de la lectura de un texto en el que no estaban explícitas. Durante su edad escolar, Turing fue un joven cuyo optimismo y ambiciones se vieron acrecentados debido en gran parte a su intensa unión con su amigo Christopher Morcom, cuya muerte, aún joven, afectaría a Turing profundamente.

Definió además un método teórico para decidir si una máquina era capaz de pensar como un hombre (test de Turing) y realizó contribuciones a otras ramas de la matemática aplicada, como la aplicación de métodos analíticos y mecánicos al problema biológico de la morfogénesis. En el ámbito personal, su condición de homosexual fue motivo constante de fuertes presiones sociales y familiares, hasta el punto de especularse si su muerte por intoxicación fue accidental o se debió a un intento de suicidio.

Bibliografía

  • Copeland, Jack B. (2004). The Essential Turing. USA: Oxford University Press. ISBN 0-19-825080-0. 
  • — (2013). Alan Turing. El pionero de la era de la información. España: Turner. ISBN 978-84-15832-12-6. 
  • Hodges, Andrew (1986). The Enigma of Intelligence. UK: Unwin Paperbacks. ISBN 0-04-510060-8. 
  • Lahoz-Beltra, Rafael (2009). Turing. Del primer ordenador a la inteligencia artificial. España: Nivola. 
  • Sevenster, Arjen; Gandy, R.O., eds. (1992, 2001). Collected Works of A.M. Turing. en cuatro volúmenes: Pure Mathematics, Mathematical Logic, Mechanical intelligence, Morphogenesis. Elsevier. 
  • Teuscher, Christof, ed. (2004). Alan Turing: Life and Legacy of a Great Thinker (en inglés). Springer-Verlag. ISBN 3-540-20020-7. OCLC 53434737 62339998.